¿Sabías que el estrés es una habilidad que puedes poner a tu favor? Aquí te explicamos cómo hacerlo:
La mayoría asociamos al estrés con situaciones
negativas que nos ocurren en nuestras vidas, pero en realidad esta es una
habilidad que todos los humanos tenemos como respuesta adaptativa a diversas
circunstancias que nos generan miedo, angustia o incertidumbre y que podemos
desarrollar y fortalecer para afrontar los retos que se nos presentan a diario.
Lo dice la doctora Natalia Pardo, mentora de
la Masterclass Reconoce el estrés y aprende a manejarlo, disponible con tu
suscripción a ComfamaPro, quien te invita a reflexionar acerca del imaginario
que puedas tener respecto al estrés, a reconocerlo y a aprender a manejarlo,
con algunas recomendaciones que te ayudarán a vivir una vida más plena.
Tu mente está en todo el cuerpo
Algunos teóricos de la medicina han planteado
que, para tratar el cuerpo, es necesario entrar a este por la mente y, de igual
forma, para analizar la mente hay que pasar por el cuerpo.
“La mente no está del cuello para arriba, sino en cada una de las células del cuerpo”.
Natalia Pardo, mentora de la masterclass “Reconoce el estrés y aprende a manejarlo”.
Es difícil que cualquier ser humano exprese un
dolor físico sin que presente algún tipo de alteración emocional o mental,
porque la mente está en todo el cuerpo. ¿Será que este dolor es algo grave?, es
una de las preguntas más inquietantes que nos solemos hacer y que nos ocasiona
ansiedad, angustia e incertidumbre.
Por eso, todo lo que pasa en el interior de las
células se transforma y elegimos por medio de las emociones cuáles proteínas se
sintetizan, es decir, elegimos cómo el organismo reacciona frente a la vida,
desde la corporalidad, a través del mundo emocional y mental, comenta Natalia.
La realidad es que el cuerpo y la mente son una misma cosa y no existe una
línea que las divida.
¿Sabemos qué es el estrés?
Dice Natalia que estrés se ha convertido en
una de las palabras más usadas y uno de los principales motivos de consulta
dentro de la psicología clínica, pues suele estar relacionado con diversos
síntomas: dolor de cabeza, falta de sueño, dolores crónicos, entre otros, y una
de las recomendaciones más frecuentes es “relajarse y bajarle al estrés”.
Pero, ¿en realidad sabemos qué es el estrés,
cómo funciona y cómo se maneja? Relajarse, dice la doctora, no es en sí la
mejor recomendación para controlarlo, pues es una habilidad que tenemos los
seres humanos como respuesta psicobiológica, es decir que tiene un componente
psíquico y otro biológico, y se despliega cuando percibimos que es una amenaza
o al creer que no contamos con los recursos necesarios para hacer frente a algo
que la vida nos demande en momentos específicos.
“Cuando hablamos de percepción de amenaza y de creencia, evidenciamos que el mundo mental empieza a mandar la parada en el estrés”.
Natalia Pardo.
El estrés nos entrega tres elementos fundamentales:
- Nos provee energía para cumplir con una tarea específica.
- Nos ayuda a usar de forma eficiente los recursos que tenemos disponibles para afrontar las circunstancias que nos proponga la vida.
- La capacidad de regresar al equilibrio del cual venimos.
Entonces, el estrés nos permite tomar, utilizar de la mejor manera y potenciar estos elementos para poder tener una respuesta a dicha situación. Esto, en palabras de Natalia Pardo, desvirtúa la posición de que este es algo patológico y, por el contrario, es una forma de supervivencia y un mecanismo de adaptación a la vida.
¿Qué pasa en el cuerpo cuando estamos estresados?
En el momento en que el cerebro percibe que
está latente una amenaza, se activan unas alertas en las amígdalas (estas se
encuentran en cada lado del hemisferio cerebral) y generan unas conexiones que,
a su vez, propulsan el sistema nervioso autónomo en nuestro cuerpo.
Este sistema es el eje fundamental del ser humano,
ya que organiza, dirige y determina todo lo que el cuerpo hace, sin que haya,
de forma voluntaria, una injerencia de nuestra parte, y que hace que podamos
adaptarnos a la vida.
“Esto lo hace el sistema autónomo nervioso por medio de otros dos sistemas: el simpático, de alerta y alarma, que predomina cuando liberamos adrenalina en el día a día; y el parasimpático, contrarregulador o contrario, que nos provee la capacidad de relajarnos y estar en estado de recuperación, y predomina en la noche”, explica Natalia Pardo.
El equilibrio entre estos dos sistemas es el que nos permite dar respuesta adaptativa frente al estrés; por eso, cuando nos sentimos estresados, estimulamos más el sistema simpático, de alerta y alarma, y se produce mucha adrenalina. Esto hace que se aumente la presión arterial y la frecuencia cardiaca, la redistribución del volumen sanguíneo hacia los músculos, cambios digestivos y en el aparato reproductor, y se libera cortisol, denominada como la hormona del estrés, entre otras reacciones.
¿Cómo manejar el estrés?
Teniendo claro que el estrés es una habilidad
y un mecanismo adaptativo a diversas circunstancias de la vida, una manera de
gestionarlo es realizando una meditación activa en aquellos momentos en que
sientas agobio o incertidumbre.
“Silencio y
quietud. Es un reto porque el mundo actual va a una velocidad muy alta y la
contaminación externa es abrumadora, y nos perdemos en la noción de que el
tiempo es dueño de nuestras vidas”.
Hay que entender que, en determinados
momentos, debemos parar y generar una conexión con el mundo interior, para
encontrar la serenidad y confrontar la serenidad externa.
Existen muchos tipos de meditación, dice
Natalia; todos son efectivos, y mientras más rápido entres en esta onda, mucho
mejor, pues tendrás más beneficios en tu futuro, ya que aprender a meditar es,
al mismo tiempo, aprender a transformar el ente a través del cual se percibe la
vida.
“La meditación altera
el procesamiento de la información de los seres humanos y nos permite tener
miradas mucho más adaptativas y tener mayor capacidad de aceptación y de
utilización de recursos en función de salir adelante”, plantea la doctora
ComfamaPro
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