A través de la historia, nuestro cerebro ha evolucionado para adaptarse a los entornos de alta incertidumbre, en los que la supervivencia (o, en este caso, la permanencia en la búsqueda de un objetivo) dependía de qué tan rápido pudiéramos reaccionar ante una amenaza que pusiera en riesgo su cumplimiento.

Dice Manuela que esto llevó a que desarrolláramos sesgos o atajos mentales para responder a esta de forma oportuna. Estos son conocidos como el sistema automático.

Pero existe otro sistema: el reflexivo, que está asociado a funciones reflexivas más complejas, como la planeación, la observación y el cálculo. Esto nos permite ponderar las consecuencias de nuestros actos y tomar decisiones a largo plazo.

Haciendo el símil con el barco, Manuela afirma que el capitán representa al sistema reflexivo y la tripulación al automático. En una toma de decisiones respecto a tu permanencia en un proceso de aprendizaje a largo plazo, y cuando pienses que has tomado una decisión equivocada, puedes preguntarte situaciones tales como a quién arrojarías por la borda de tu barco (o en este caso, de tu mente): ¿al capitán o a la tripulación?

“Ambos sistemas pueden estar sesgados y hacerte cometer errores, ninguno es bueno o malo, pero el éxito de que el barco llegue a su destino es un trabajo conjunto entre los dos. Cada uno cumple funciones necesarias dentro de tu mente”, expresa la mentora.

Entonces, para hacerlo más práctico: cuando estés ante una decisión que te plantee seguir o no en un proceso de aprendizaje de largo, plazo, lo ideal es que analices no solo las consecuencias de lo que pueda pasar según el camino que elijas, también los beneficios que recibirás cuando logres llegar al objetivo que te propusiste al inicio. Vence los posibles sesgos que tu mente te proponga y actúa según lo que más te convenga.

Nudges, en inglés, significa empujones, pero en las llamadas ciencias del comportamiento se las conoce por ser herramientas prácticas que mejoran tu capacidad de autocontrol para alcanzar tus objetivos.

Existe una teoría llamada el self-nudging o del empujón, para alertar a una persona sobre un evento en específico. Así, puedes acudir a esta para transformar tu entorno y las condiciones que tienes disponibles para tomar decisiones y, a largo plazo, cambiar tu comportamiento respecto a algunas circunstancias.

“Pequeños detalles que pueden parecer insignificantes y sin importancia logran tener un gran impacto en tu vida. El poder transformador de los nudges es enorme, se han utilizado en diferentes disciplinas y entornos como la salud, el ahorro. En los nudges tradicionales, son agentes externos los que modifican el ambiente para mejorar esa disposición de oportunidades u opciones diferentes. En el caso del self-nudging, eres tú mismo quien propicia dichas modificaciones”, asegura Manuela.

Esos empujones te darán autonomía y ser quien conduzca tus propias decisiones para lograr el objetivo que esperas. En otras palabras, “eres el capitán de tu barco”.

En términos más prácticos: hay ocasiones en las que tú mismo puedes ser el artífice de darte ese empujón que necesitas en ocasiones para cumplir con tu propósito y culminar con un objetivo; en esta situación, en culminar con ese proceso de aprendizaje de largo plazo que te tiene quizás desmotivado o pensativo sobre tu permanencia.

Si deseas ampliar estas y otras estrategias, te invitamos a acceder al curso con la mentora Manuela Ramírez.