“Debemos confrontarnos con todos esos recuerdos dolorosos, esas historias difíciles, para sanarlas y vivir más sanos, más conscientes y más felices”.

Laura Ballesteros, psicóloga

Dice Laura que los seres humanos, desde que existimos, hemos vivido en grupos, en tribus, ya que al estar solos nos sentimos más vulnerables. Por eso buscamos la pertenencia a determinados conjuntos según como van cambiando nuestras creencias, ideas, actividades, preferencias, entre otros criterios. Pero existe una a la cual perteneceremos por siempre: la familia, sin importar si tenemos una relación cercana o distante con quienes la conforman.

Esta tribu, señala Laura, siempre va a tener un sistema de creencias y de ideas, así como formas de actuar. Pero nuestro cerebro aún no ha evolucionado y siente que está en riesgo si no se alinea con ellas, que están impuestas sobre el sistema familiar al cual estamos vinculados. Por eso siempre vamos a sentir la necesidad de regresar a ese núcleo familiar al cual pertenecemos, ya sea por imitación o por rechazo.

Debido a esto, aunque tratemos de ser diferentes y únicos, es inevitable no tener esa influencia que marca ese sistema en nuestro modo de pensar, sentir o actuar.

Una forma de comenzar a sanar desde la raíz es cuestionarte el lugar de dónde vienes. Por más que haya una distancia física entre tú y tu núcleo familiar, eres parte de un todo. Tu familia es la tierra firme que te sostiene, es el origen del cual procedemos y todas las personas que te anteceden en ese árbol fueron necesarias para que llegaras al sitio en el cual te encuentras.

“Somos como una colcha de retazos: tenemos un pedazo de mamá, de papá, de los abuelos, de bisabuelos, y así sucesivamente por varias generaciones atrás. Esa es la primera tribu a la cual pertenecimos”.

Consciente o inconscientemente, vas a repetir los patrones de comportamientos y creencias, porque es lo que te asegura la pertenencia a tu familia. Por eso, para encontrar la individualidad, debes cuestionar, revisar y darnos cuenta de dónde vienes. Qué fue lo que tus antepasados vivieron, hicieron, sintieron y sufrieron, para reconocer el porqué de tus conflictos y situaciones difíciles, y de las cosas que hoy vives y que, sin querer, estás repitiendo.

En la masterclass, Laura Ballesteros te propone hacer tu propio genograma o árbol genealógico, para que recoja toda la información acerca de tu sistema familiar, al menos de tres generaciones: las de tus abuelos y papás; la tuya, de tus hermanos y sus parejas, y la de tus hijos o sobrinos.

¿Qué información es valiosa? Pueden ser aspectos tales las configuraciones de las parejas: ¿se casaron? ¿Se separaron? ¿Hubo aventuras amorosas? ¿Vivieron en unión libre? ¿Hubo adopciones? ¿Abortos? ¿Muertes tempranas? ¿Quiebras o crisis económicas?

Este ejercicio permitirá encontrarte con grandes coincidencias de lo que crees que te hace único y descubrir de dónde vienes.   Si deseas ampliar las recomendaciones que comparte Laura Ballesteros, te invitamos a realizar la Masterclass Sanar desde la raíz, seguro te será de mucha utilidad para vivir de forma más sana y consciente, y en paz con tu interior.