Tejer para encontrar la tranquilidad a través del macramé
Si sientes que estás viviendo de manera
desenfrenada, que el tiempo no te alcanza para nada y que necesitas alargar tus
días para cumplir con todas las tareas que tienes a cargo tanto en la casa como
en el trabajo o el estudio, de vez en cuando es necesario hacer una pausa y
darle algo de tranquilidad a tu cotidianidad.
Entre las distintas actividades que tienes a
tu alcance para lograrlo y salir de la rutina, tejer es una de las más
recomendadas, y en particular la técnica del macramé, que consiste en la
creación de nudos con las manos para elaborar piezas decorativas o funcionales.
Al sumergirte en esta actividad, sentirás por
un instante que la paz logra llegar a tu mente y a tu cuerpo, y que no solo te
estás regalando un momento de relajación, también le das espacio a tu cerebro
para que se oxigene y te ayude a tomar mejores decisiones.
¿Qué necesitas?
- Piola de algodón.
- Hilaza de algodón.
- Cepillo de cerdas metálicas.
- Tijeras.
Además, tendrás que tener a la mano algunas
herramientas que te servirán para avanzar en tu proceso creativo, como un par
de tijeras de referencia 7.5 (es decir, de las grandes), que se requieren para
el inicio del proceso, ya que ayudan a alistar el material; y otro par de
referencia 5.5 (más pequeñas), que se requieren para el final, cuando hay que
pulir el arte.
También vas a necesitar una cinta métrica para
tener más precisión en tus tejidos, y si puedes conseguir un rack, que es una
estructura en tubos, mucho mejor, pues allí podrás colgar tus tejidos. Sin
embargo, Pablo dice que este no es indispensable, puesto que puedes usar una
baranda en tu casa e incluso colgar el palo de la escoba entre dos sillas.
Los tipos de nudos que puedes hacer
Una vez tienes los materiales y las herramientas, ya tienes todo para hacer un macramé y regalarte un instante de tranquilidad y de liberación para controlar tu mente y tu cuerpo. Pablo cuenta que existen cinco tipos de nudos tradicionales:
Existen otros tipos de nudos más avanzados,
como el cuadrado alterno o el corona, pero para esto es clave aprender a hacer
los tradicionales, pues resultan de la combinación de estos últimos.
En el curso, el mentor te va explicando el
paso a paso de cada uno de estos nudos y cómo los puedes ir aplicando en tu
tejido. Los tres primeros son básicos e ideales para si recién estás comenzando
en el macramé; los dos siguientes tienen una dificultad mayor, pero con la
práctica puedes llegar a aprenderlos con facilidad.
El objetivo: alcanzar tu estado de flow
Es probable que al principio te cueste un poco
alcanzar nudos perfectos, pero con el tiempo no solo adquirirás una habilidad
mayor, sino que estarás más cerca de llegar al estado de flow. ¿Qué es esto? Cuando vas acumulando experiencia en esta
actividad –y en otras que te lleven a un nivel de concentración avanzado–, tu
mente es capaz de abstraerse de lo que ocurre a tu alrededor, y esa sensación
es posible conseguirla con el macramé.
Esperamos que al final del curso seas un
experto en macramé o que al menos aprendas las nociones básicas de esta
técnica, y además, que logres encontrar la relajación y el descanso que tu
mente y tu cuerpo necesitan para responder ante las exigencias de la vida
cotidiana.
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