¿Por qué deberíamos ir más a teatro en Colombia?

Sep 11 / ComfamaPro

“Los que vamos a teatro en Colombia somos los sospechosos de siempre, un ghetto o grupo que ya nos conocemos, a veces hasta es raro ver a alguien desconocido”, dice Sergio Restrepo, director del Claustro Comfama, durante la conversación Artes escénicas: circulación y mercados, disponible en ComfamaPro.

En este diálogo que Sergio sostiene con Octavio Arbeláez, director del Festival Internacional de Teatro de Manizales, se hace énfasis en el reto que tienen las artes escénicas en el país para atraer más y nuevos públicos, e incrementar la asistencia a las salas.

Los datos son muy dicientes: de acuerdo con encuestas de consumo cultural hechas por el DANE en años recientes, en ciudades como Bogotá, donde se supone que abundan las opciones de escenarios y de programación para estas actividades, solo el 17,6 % de las personas asisten a funciones teatrales, muy lejos de los registros de otras alternativas como el cine o la música, que superan el 70 % en las preferencias de ocio de los colombianos.

El teatro, como disciplina artística, es un escenario que permite la expresión corporal y ayuda a desarrollar habilidades como la imaginación, la improvisación, la espontaneidad, la creatividad, entre otras. No en vano, Octavio Arbeláez recuerda que la cultura es uno de los pilares de la construcción humana, y ponerla en el centro de las discusiones y de las estrategias de promoción cultural fomenta la interacción social y el ejercicio de los derechos de los ciudadanos, incrementando así índices como el de la calidad de vida en la sociedad.

De allí la importancia de motivar en las personas, ojalá desde edades muy tempranas, el interés por las artes escénicas y su asistencia a este tipo de eventos culturales, para generar en ellos reflexiones e interacciones que configuren su actuar como ciudadanos.

¿Qué hacer para motivar la asistencia al teatro?

Del diálogo entre Sergio y Octavio se concluye que no basta con que la cultura esté en el centro de los debates, esta tiene que trascender a acciones específicas y se deben destinar recursos pensando en que las artes escénicas no son un gasto, sino una inversión.

Así, es importante estimular la práctica artística y escénica, tanto la profesional como la amateur, y fomentar la formación de nuevos públicos, porque cada gesto y manifestación cultural genera un concepto importante de inclusión y de incorporación a la vida ciudadana.

“El disfrute de la vida es una de las cosas más importantes, sobre todo en momentos tan conflictivos en salud mental como los que viven nuestras ciudades en la época pospandémica. Aprender a que en esa dimensión cotidiana uno de los componentes debe ser el consumo de cultura, y la vida cultural y en sociedad son vitales, pero los gobiernos lo dan por sentado y creen que eso ya existe, cuando no es así”, asegura Octavio.

En ese sentido, es importante que la gente encuentre siempre opciones accesibles y de calidad en la programación para que pueda acudir de forma sistemática a eventos de este tipo. No es nada agradable tener que hacer un desplazamiento muy lejos de casa, a un escenario poco digno, incómodo y en condiciones inadecuadas, sin posibilidades de transporte, por lo cual la experiencia deja de ser memorable para convertirse en una tortura que las personas no querrán volver a vivir.

Ideas que bien aplicadas pueden convertirse en aceleradoras de estrategias que ayuden a que las artes escénicas y teatrales se conviertan en una actividad con una alta preferencia entre el público, y que se gane un lugar en sus intereses.

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