Decidir cuándo y en qué lugar hacerlo, al
ritmo que le conviene y en los temas que más le interesen, son algunas de las
ventajas que ofrece el aprendizaje autónomo y autorregulado, una modalidad que
en los últimos años se ha posicionado como una tendencia de educación con gran
acogida por parte de los alumnos, que encuentran en esta una manera de adquirir
nuevos conocimientos sin límites.
Dice Cristina Valera, doctora en Ciencias de
la Educación y licenciada en Pedagogía, en el artículo Aprendizaje autónomo en
las aulas, ¿cómo incentivarlo?, publicado por Santillana, que los cambios
vertiginosos que se han presentado en la sociedad en los últimos años y las
nuevas demandas que les exigen a los sistemas educativos ir en paralelo de
estos contextos, ha surgido la necesidad de que “los estudiantes cada vez
participen de forma más activa y significativa en su propio aprendizaje”.
De allí, según la autora, parte el término de
aprendizaje autónomo y autorregulado, el cual se refiere a “la manera en la que
una persona monitoriza, controla y regula su propio aprendizaje, entendiendo al
estudiante como sujeto activo que desarrolla su capacidad de aprender a
aprender”.
En sus palabras, el aprendizaje autónomo es el
resultado de un proceso al cual el estudiante llega por tres supuestos básicos:
1. El sentido y
la motivación son el motor que impulsan ese proceso.
2. La necesidad
de acceso a su propio aprendizaje, es decir, que se le dé importancia al
autoconocimiento.
3. La
autogestión es pieza clave en este ámbito.

Además, el texto plantea que las personas que
eligen esta modalidad de aprendizaje se caracterizan por lo siguiente:
- Son personas automotivadas.
- Confían en los métodos de
aprendizaje planificados.
- Son conscientes de los resultados
derivados de su conducta.
- Son sensibles a los efectos del
ambiente y disponen de recursos para controlarlos.
En este mismo sentido, el artículo Qué es el aprendizaje autónomo, publicado
en el sitio web Universia.co, una red de cooperación universitaria que apoya el
Banco Santander, explica que quienes optan por esta modalidad cuentan con los
siguientes atributos:
Responsabilidad:
tiene un compromiso con su propio proceso de aprendizaje, pues desea
enriquecerse y adquirir mayores conocimientos.
Centrado en
sus estudios: los docentes o mentores solo son facilitadores de
aprendizajes.
Creatividad:
busca medios y estrategias para enriquecerse.
Automotivador:
se motiva a sí mismo para seguir aprendiendo.
Autodependiente:
puede buscar asesoría básica, pero no supervisión docente.
Desarrollo:
desarrolla sus habilidades y capacidades, busca y soluciona sus propios
problemas, analiza, sintetiza, etc.
Estas son algunas de las razones por las
cuales el aprendizaje autónomo y autorregulado ha adquirido relevancia y está
siendo una de las opciones preferidas de muchas personas para elevar su nivel
de conocimiento en algunos temas que le interesan, de forma ágil y práctica, y
siguiendo su propio ritmo de aprendizaje.
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